
- colonizar y desarrollar los territorios del norte y del oeste, una de las regiones menos favorecidas del país;
- integrar el interior y la costa;
- descentralizar la actividad económica, muy concentrada en el área que abarcan las ciudades de Río de Janeiro y San Pablo;
- favorecer una mejor redistribución de la población del país.
El plano tiene forma de cruz curvada hacia los extremos, en cuyo centro se encuentra la Plaza de los Tres Poderes. El eje Oeste- Este se extiende desde el Palacio de la Alvorada, residencia del Presidente de la República, hasta la Estación. En torno a la plaza se ubican los edificios públicos, como el Congreso Nacional, los Ministerios, el Palacio de Justicia, el Palacio del Planalto, los Tribunales y la Catedral. A este sector se lo ha denominado zona cívico-administrativa y concentra las actividades centrales.
En el eje curvo, perpendicular al anterior, se encuentran localizadas las áreas residenciales, las áreas comerciales y las áreas culturales. Están comunicadas con el centro a través de una amplia red de autopistas, que fueron diseñadas para hacer frente a los futuros problemas del tránsito.
En el proyecto se reservaron espacios para áreas industriales, aunque la ciudad todavía no constituye una región donde esta sea la actividad económica predominante.
Las zonas de preservación ambiental y los espacios verdes fueron especialmente tenidos en cuenta en el momento de la planificación. Con ese objetivo, se construyó el lago artificial Paranoá de alrededor de 400 km2 y un Parque Nacional de 4.200 km2.
El plano original estimaba una población de alrededor de 500.000 habitantes. El extraordinario crecimiento superó las previsiones iniciales producido como consecuencia de la inmigración proveniente de las zonas más pobres del país.
En la actualidad, cuenta con alrededor de 1.800.000 habitantes y es una de las principales ciudades del país.